Propósito: Identificar la posible presencia de microorganismos patógenos en una herida y determinar la susceptibilidad de esos microorganismos a los antibióticos disponibles.

Indicaciones comunes: Se realiza en casos de infecciones cutáneas, úlceras, heridas quirúrgicas o traumatismos que puedan estar infectados.

Toma de muestra: Se utiliza un hisopo estéril o un instrumento especial para obtener muestras de la herida. Es crucial mantener la esterilidad durante la recolección para evitar la contaminación de la muestra.

Procedimiento:

La muestra recolectada se coloca en un medio de cultivo específico para promover el crecimiento de microorganismos.
Se incuba durante un período de tiempo para permitir el crecimiento de bacterias u otros microorganismos presentes.
Análisis en laboratorio:

Se llevan a cabo pruebas microbiológicas para identificar los microorganismos presentes en la muestra.
Se realiza un antibiograma exponiendo las cepas identificadas a diferentes antibióticos para evaluar su sensibilidad o resistencia.
Interpretación de resultados: Se proporciona un informe que indica los microorganismos identificados y su sensibilidad a los antibióticos probados.

Uso clínico: Ayuda a los médicos a elegir el tratamiento antimicrobiano más efectivo para tratar la infección de la herida.

Consideraciones: Los resultados pueden tardar desde horas hasta días, dependiendo del tipo de microorganismo y del tiempo necesario para su crecimiento. Además, la interpretación de los resultados del antibiograma requiere experiencia en microbiología clínica para una toma de decisiones clínicas adecuada.