El examen directo para hongos, también conocido como prueba de KOH (hidróxido de potasio), es un procedimiento diagnóstico utilizado para detectar la presencia de hongos en muestras de piel, cabello uñas u otras áreas afectadas por infecciones fúngicas.

Durante la toma de muestras, se recolecta una muestra de la zona sospechosa, como escamas de la piel, cabello o uñas, utilizando un hisopo o una cuchilla estéril para raspar suavemente la superficie afectada. Esta muestra se coloca en una solución de hidróxido de potasio (KOH) en un portaobjetos para su análisis microscópico.

El hidróxido de potasio tiene la capacidad de disolver las células humanas y dejar expuestos los hongos, si están presentes. El examen directo consiste en observar la muestra bajo el microscopio para identificar la presencia de estructuras fúngicas, como hifas (filamentos) o esporas, que pueden indicar la presencia de una infección por hongos.

Este examen se utiliza para diagnosticar infecciones fúngicas cutáneas, como tiña, candidiasis cutánea, micosis u otras infecciones superficiales por hongos. Es un procedimiento rápido que puede proporcionar una orientación inicial sobre la presencia de hongos en la muestra.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el examen directo para hongos puede no ser definitivo en todos los casos. A veces, se requieren cultivos micológicos adicionales para confirmar el tipo específico de hongo presente y su sensibilidad a los tratamientos antifúngicos.

El resultado del examen directo para hongos se interpreta junto con la historia clínica y los síntomas del paciente para establecer un diagnóstico preciso y determinar el tratamiento más adecuado. Es crucial que este examen sea realizado por personal médico o especializado en laboratorios clínicos con experiencia en la interpretación de muestras fúngicas bajo microscopio.