El extendido de sangre periférica es un procedimiento médico en el que se prepara y examina una muestra de sangre obtenida de una punción venosa o capilar para evaluar la morfología y las características de los diferentes tipos de células sanguíneas.

Durante la toma de muestras, se extrae una pequeña cantidad de sangre, generalmente del brazo, mediante una aguja estéril y se coloca en un portaobjetos de vidrio. Luego, se extiende la muestra en una delgada capa uniforme sobre el portaobjetos para permitir su visualización bajo un microscopio.

Una vez preparado el extendido de sangre periférica, se realiza un análisis microscópico minucioso para identificar y contar los diferentes tipos de células sanguíneas presentes, como glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Se observa la morfología de estas células, su número, tamaño, forma y otras características específicas que puedan ser relevantes para el diagnóstico.

Este análisis es útil para:

Diagnosticar trastornos sanguíneos: Permite detectar anomalías en la morfología o cantidad de células sanguíneas, como anemia, infecciones, trastornos de coagulación, leucemias u otras enfermedades hematológicas.

Monitorear tratamientos: Puede servir para evaluar la respuesta de un paciente a tratamientos específicos, como la quimioterapia en el caso de leucemias u otros trastornos hematológicos.

El extendido de sangre periférica es una herramienta fundamental en hematología y medicina general, ya que proporciona información valiosa sobre la salud y la composición sanguínea del paciente. Los resultados obtenidos de este análisis son interpretados por un médico o un profesional especializado en laboratorio clínico para proporcionar un diagnóstico preciso y orientar el tratamiento adecuado en caso de encontrar alguna anormalidad.